El Área de Empleo de la Fundación Santa María la Real prosigue con su labor de investigación social con un nuevo informe: “Patrones de búsqueda de empleo en internet: diagnóstico y retos de las personas en desempleo”
La Directora del Área de Empleo de la fundación, Natalia Serrano Serrano, y la responsable de Investigación Social, Laura Oncina, explican que no usar Internet para buscar trabajo o no saber hacerlo de forma óptima, son dos de las principales barreras para acceder al mercado laboral, y pueden llegar a convertirse en motivo de exclusión laboral.
“La brecha digital ha quedado especialmente patente durante esta pandemia. Con este informe hemos podido ver qué conductas se repiten, qué dificultades existen y qué necesidades de formación o conexión tienen las personas en desempleo. Esto nos va a permitir adaptar los programas de orientación laboral a sus necesidades reales. Como sociedad, tenemos un gran reto por delante para mejorar la formación y la cultura digital, especialmente con aquellas personas más distanciadas de la tecnología o más reacias a usarla”, agrega Natalia.
Para llevar a cabo el estudio, se ha elaborado una encuesta a cerca de 200 personas en desempleo residentes en Castilla-La Mancha y Extremadura, así como de la ciudad de León. Para ello, la fundación ha contado con la colaboración de los Servicios Públicos de Empleo de ambas regiones y del Instituto Leonés de Desarrollo Económico, Formación y Empleo (Ildefe).
En primer lugar, el estudio detecta la brecha de acceso a internet, ya que casi el 10% de las personas encuestadas indican que no disponen de conexión en su hogar. Por otro lado, teniendo en cuenta la edad y el nivel de formación, las personas con más de 44 años son las que menos buscan empleo por internet; así como aquellas con menor nivel de estudios.
También se observan diferencias por tiempo en desempleo: las personas que llevan más de un año en paro, buscan en menor medida empleo por internet; y el 12,50% reconoce que necesita ayuda de terceras personas.
“2 de cada 10 personas en desempleo no buscan empleo en el entorno online y reconocen abiertamente que no saben hacerlo. Claramente, aquí detectamos una necesidad de formación y orientación”, agrega Laura Oncina.
Conectados, ¿pero con rumbo claro?
El estudio indica que un alto porcentaje de las personas encuestadas, el 80,31%, declara haber utilizado internet en las últimas semanas para la búsqueda de recursos e información que mejoraran su búsqueda laboral. Buscan empresas, noticias de su profesión y recursos para hacer su currículum. No obstante, es llamativo que el 53,17% nunca ha realizado ningún tipo de formación o curso online.
En general, las personas encuestadas perciben la utilidad de las habilidades digitales en la búsqueda de empleo y manifiestan que necesitarían formación en este sentido. Por ejemplo, en cuanto al uso del correo electrónico, un 18,41% indica que no tiene o que no lo utiliza casi nunca; y tres de cada diez exponen que no sabrían redactar un mail para postularse a una oferta de empleo.
“Con ello, se demuestra nuevamente que es necesario mejorar y reforzar las habilidades digitales básicas para la búsqueda de empelo, como el manejo correcto del correo, programas de ofimática, almacenamiento en la nube o aplicaciones del smartphone”, agrega Natalia Serrano.
Preguntados por los dispositivos que usan para buscar empleo en la red, el 84,25% de las personas encuestadas usa el teléfono móvil; el 58,27% el ordenador y el 11,81% la tablet. Aquí, nuevamente, existen diferencias por franjas de edad: las personas de 44 o más años utilizan más el ordenador. Respecto a los medios que utilizan para la búsqueda de empleo, los tres más utilizados son los portales de empleo generales, las webs de empleo público, y las redes sociales.
Otra de las necesidades encontradas está relacionada con las herramientas utilizadas para la presentación de candidaturas. Seis de cada diez declaran necesitar ayuda en la realización de su currículum. En cuanto al tipo de ayuda, un 59,46% indica que en el diseño; un 55,41% que en el contenido que deben incluir; un 48,65% en métodos para enviarlo a las empresas y un 29,73% en la mejor forma de estructurarlo. De forma adicional, se detectan algunos errores muy comunes: no se suele adaptar el currículum a cada oferta de trabajo; y no en general tampoco envían cartas de presentación o motivación a las ofertas que se postulan.
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