La crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus ha hecho que las brechas entre mujeres y hombres se acentúen. El desempleo afecta más a las mujeres, y especialmente a las que trabajan en sectores más vulnerables como el comercio o la hostelería.
Ante esta situación, se necesitan más programas de orientación laboral y fomento del empleo para las mujeres; además de nuevas medidas para flexibilizar horarios, facilitar la conciliación y acabar con la desigualdad salarial
Los últimos datos aportados por el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), dependiente del Ministerio de Trabajo e Economía Social, indica que el paro aumentó en 29.780 personas en agosto, llegando a un total de 3.802.814 personas en desempleo en España. Por género, el paro vuelve a subir (0,93%) entre las mujeres, hasta llegar a un total de 2.197.913 mujeres inscritas. Sube también entre los hombres, aunque en mejor medida (0,59%), hasta sumar 1.604.901 inscritos.
Por secciones de actividad , se observa que las que registran un mayor desempleo son:
• Comercio al por mayor y por menor con 524.957 personas desempleadas, de las cuales 345.924 son mujeres (el 65,90%).
• Actividades administrativas y de servicio auxiliar, con 492.024 personas desempleadas, de las cuales 299.131 son mujeres (60,80%).
• Hostelería, con 465.366 personas desempleadas, de las cuales 305.677 son mujeres (el 65,69%).
El desempleo femenino sigue una clara tendencia al alza y se ha ido agudizando en la pandemia, como queda reflejado en las Encuestas de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística. Según el último dato disponible, la tasa de desempleo en mujeres es del 16,72%; lo que supone 2,59 puntos porcentuales más si la comparamos con la tasa de desempleo en hombres (INE, IIT 2020). Además, teniendo en cuenta el tiempo en desempleo, casi la mitad de las personas que llevan al menos un año en búsqueda de empleo (44,62%) son mujeres de 30 o más años.
El informe AROPE 2019 señala cómo la tasa AROPE femenina para el año 2018 es dos puntos porcentuales más alta que la masculina (27% y 25,1%, respectivamente). Además, el porcentaje más alto de mujeres en riesgo de pobreza y/o exclusión social en el año 2018 en España, corresponde a las mujeres desempleadas (59,3%) y en segundo lugar a las mujeres inactivas (35,9%). Por otro lado, el 53,3% de los hogares mono-parentales (el 82% encabezados por mujeres) está en riesgo de pobreza y exclusión social, lo que supone casi el doble de la tasa del resto de hogares (27,9%).
La situación desfavorable para las mujeres se pone también de relieve en el estudio del cluster ClosinGap, centrado en analizar el coste de la desigualdad de género. Indica que en recesiones anteriores los sectores más afectados fueron la construcción o la industria manufacturera, con mayor empleo masculino; mientras que la crisis provocada por la Covid-19 afecta especialmente a sectores donde la mano es obra es mayoritariamente femenina.
El informe “Covid 19 y desigualdad de género en España”, de la Escuela de Negocios ESADE , indica que las mujeres están más ligadas a empleos afectados por la crisis y tienen más probabilidades que los hombres de perder su trabajo.
La pandemia no es neutral en temas de género; ya que ha contribuido a que las brechas laborales entre hombres y mujeres sigan creciendo. Por ello, se necesita impulsar más programas de orientación laboral y fomento del empleo entre las mujeres, especialmente aquellas que tienen menos recursos formativos y económicos; aquellas que han hecho un parón de su actividad por el cuidado de hijos, familiares mayores y/o dependientes; aquellas que tienen mayor riesgo de exclusión social o son víctimas de la violencia de género, porque estas casuísticas entorpecen aún más su camino de acceso al mercado laboral.
Del total de personas atendidas en nuestros programas de empleo durante el año 2020, 8 de casa 10 son mujeres (82,71%). El 35,30% son mujeres desempleadas de larga duración. Debemos seguir implementado iniciativas por el empleo de las mujeres, que tendrán que venir acompañadas de otras medidas para flexibilizar horarios laborales y favorecer la conciliación, y reducir la brecha salarial entre ellos y ellas.