Hace tres años, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 18 de septiembre como “Día Internacional de la Igualdad Salarial” para resaltar la importancia de que los hombres y las mujeres cobren exactamente lo mismo por un trabajo de igual valor
En este artículo analizamos los datos a nivel mundial, europeo y nacional; identificamos factores que influyen en la brecha salarial y apuntamos determinadas medidas que se pueden implantar en administraciones y empresas para avanzar hacia la justicia laboral y equidad retributiva
A las mujeres se les paga menos que a los hombres. Lo indica el último informe de Naciones Unidas que establece que la brecha de género salarial es un 20% a nivel mundial; y estimando que se necesitan “275 años para cerrar esta diferencia salarial de género en todo el mundo”.
Los últimos datos disponibles del ODS 5 (ONU Mujeres) muestran que el mundo no está en camino de lograr la igualdad de género para 2030. Las crisis mundiales de salud, climáticas y humanitarias han aumentado aún más los riesgos de violencia, especialmente para las mujeres y niñas más vulnerables. La representación de las mujeres en puestos de poder sigue estando por debajo de la paridad.
Si nos ceñimos a Europa, vemos que en 2020 las mujeres de la UE cobraban 87 céntimos de euro, por cada euro que recibían sus homólogos masculinos. (Informe de EUROSTAT)
En España, según los últimos datos disponibles de la Encuesta de Estructura Salarial (INE) nos indican que, en 2020, la ganancia media anual para los hombres españoles fue de 27.642,52 euros y para las mujeres españolas de 22.467,48 euros. Es decir, las mujeres cobran 5.175 euros menos que los hombres, lo que significa una brecha salarial de género del 18,72%.
La misma encuesta nos muestra que el 27,5% de las mujeres tuvo un salario anual menor o igual que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2020, frente al 11,9% de los hombres (INE, 2022). Algo que puede explicarse debido a la alta tasa de parcialidad de las mujeres (21,8% frente al 6,8%) según datos de la EPA (INE,2022).
En un estudio de Quinto, Hospido y Sanz (2021) en España, se halla que los ingresos brutos de la madre caen un 11,4% al primer año de tener un hijo/a mientras que los ingresos del padre se mantienen igual.
Existen diferentes factores que influyen en la brecha salarial entre hombres y mujeres y conviene tenerlos en cuenta para establecer una estrategia de lucha contra esta lacra. Hay más mujeres trabajando en sectores profesionales peor valorados y remunerados, como son la limpieza o los cuidados; hay más mujeres con contratos parciales; y menos mujeres en puestos de responsabilidad o altos cargos.
Hay más mujeres que reducen su jornada tras la maternidad, o que acaban dejando su carrera profesional para dedicarse a la crianza de sus hijos/as o al cuidado de personas familiares, generalmente ascendentes y con alguna situación de dependencia.
Desde el 14 de abril, con la entrada en abril del Real Decreto 902/2020 de Igualdad Retributiva entre hombres y mujeres, todas las empresas están obligadas a tener un registro salarial de toda su plantilla, incluido el personal directivo y los altos cargos.
Pero esto es claramente insuficiente si no viene acompañada de otras muchas medidas que se han de tomar tanto en el ámbito público como en el privado para reducir la brecha salarial: fomentar la corresponsabilidad de hombres y mujeres en las responsabilidades familiares y domésticas mediante horarios de trabajo flexibles, teletrabajo y sistemas de apoyo a las familias; aumento de las plazas de guardería de 0 a 3 años, así como de Centros de Día para personas mayores; e incrementar la participación de la mujer en los órganos de decisión de las empresas e instituciones
Hay también que promover programas de formación y sensibilización; fomentar la revisión de políticas de contratación y de fomento laboral para eliminar los sesgos de brecha salarial; y fomentar la formación en todos los puestos y niveles
Por todas estas medidas, este domingo, 18 de septiembre, tenemos que seguir reivindicando y luchando para frenar esta lacra y seguir avanzando hacia una igualdad salarial, hacia un mundo justo y equitativo en el que el sueldo no venga marcado por tu género.